Nuestros lectores del centro de música de Otero estarán alarmados, pero tranquilos... No es Rubén Mol, sino su primo pagafantas... o pagasprites, o lo que sea esa bebida gaseosa que le están rociando generosamente sobre la camisa mientras el pobre finge que no está pasando nada.
Aprovecho la ocasión para decir que echamos de menos Otero, y las oportunidades que ofrece a los grupos que empiezan. Aunque hace tiempo que no le vemos, Rubén Mol sigue siendo nuestro héroe.
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