martes, 27 de febrero de 2007

Ensayo pospuesto y un balance

27 de Febrero.

Ensayo pospuesto. Una tendinitis en la muñeca me impide tocar la guitarra. Creía que estas cosas sólo pasaban en el Heavy Metal de los 80, con aquellos engendros mecánicos para digitar y digitar mientras veías a una pareja bailando en "Good Morning L.A.", o a Michael Jordan vs. José Manuel Corbalán, en la final de las olimpiadas del 84 (en el 84, L.A. era el centro del mundo... capitalista). Obviamente, hablamos de "virtuosos", "profesionales", "adoradores de la técnica", et caetera, y no es el caso. Mi tendinitis proviene del trabajo, así de simple. "Working Class Hero is something to be", que decía John Lennon.

Balance del mes de trabajo. Un guitarra y un batería, nada más. Lo primero que me encuentro, después de cinco años apartado de la música, es la vieja química con Álex Valero. Juntos, ya sonamos a grupo. Tocamos mejor que antes -¡yo también!-, más maduros, más expresivos. Trabajamos en un primer tema, bastante alambicado, que araña el oído. Sonaba en Nun, pero, como todo en aquel grupo, era una mezcla imposible... Álex y yo somos músicos de rock y este tema se vuelve totalmente propio. No deja de ser un esqueleto, a la espera de más músicos y arreglos, pero... Pero es el sonido que soñaba para Cuchillo Mundo: directo, algo salvaje, personal, sin fuente clara, abstracto, peligroso. Ornette Coleman y Robert Fripp se sonreirían, al escucharlo.
En mi mente, el tema es una especie de cuerpo oscuro, algo que puedes observar desde fuera, atrayendo masa, desarrollándose con su propio impulso, girando en torno a sí mismo y cuestionando tu realidad, tu capacidad como oyente. Un hermoso monstruo.

Muchas improvisaciones. Fantaseamos sobre el sonido que podrían tener con apoyo de bajo y teclados... También alguna versión, mera gimnasia. Bromeamos sobre cómo se hace el rock, cómo una decisión melódica o armónica puede venir dada por la proximidad de los trastes, por la afinación al aire, o porque al guitarrista le falta un cachito de dedo. Django Reinhhardt se las apañó muy bien, Iommi hizo lo que pudo.
Impros curiosas, como ver a Álex adaptarse a un 9/8 sin gran esfuerzo. Está claro que es una medición que debemos incorporar. El reto es un 9/8, con una afinación folkie y un cortante sonido "a la Cuchillo Mundo". Coming Soon!.

FRAN MOLINERO.

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